Entendemos generalmente la pintura como un arte que se expresa en formatos cuadrados o rectangulares. A lo sumo, algunos autores han realizado obras en formato circular. Hay formas de expresión artística en el arte actual que rompen los moldes en cuanto a los soportes y los formatos, pero se trata mayoritariamente de formas de expresión mixtas, en las que se mezclan tejido, madera, metacrilato, metal, etc. y que trascienden la pintura para entrar en otros ámbitos en los que los límites entre pintura, escultura, instalación son bastante difusos.

La obra pictórica es pues, habitualmente de formas cuadradas, y además suele tener una única posición posible. Aquellas obras más versátiles que podrían ser contempladas desde distintas posiciones, vienen usualmente marcadas con la firma del autor para una posición predominante. 

Esta nueva serie de obras de arte que me propongo desarrollar tiene dos particularidades que la distinguen de todas las que anteriormente he ejecutado y de las que predominan en el mercado actual del arte:

1.      Se trata de obras realizadas sobre formatos redondeados: unas veces con formas sinuosas, voluptuosas, semiesféricas, que nos recuerdan a pompas de jabón, a burbujas con formas caprichosas; en otras obras la curva sustituye al vértice.  El cambio de la forma rectangular a la forma redondeada hace que la obra adquiera un atractivo inusitado. Asociamos la línea curva con la suavidad, con lo amable, lo delicado y envolvente.

2.    Una de las aportaciones del concepto de RedondeArte es la de incluir en el tablero principal de la pintura cubos o piezas redondas que enriquecen la obra y le proporcionan un valor escultórico. Estos bloques unas veces se destacan de manera evidente con colores uniformes, creando un contrapunto estético con el resto de la pintura, y otras veces, se confunden con el fondo y según el ángulo del que los miremos adoptan una posición más o menos evidente.

3.      Sus formas redondeadas hacen que sean más proclives a entenderse unas con otras, a formar conjuntos, a complementarse entre ellas.  La variedad de composiciones que se pueden realizar combinando dos o más piezas de esta pintura son infinitas. Queda en manos del propietario de las obras la decisión de cómo se ubican en la pared, cuál es la forma más estética de jugar con ellas, siendo creativo al configurar una composición determinada. 

Finalmente estamos ante la fusión de dos elementos que no siempre van de la mano: la pintura como expresión artística, y la decoración, que busca embellecer con diversos recursos los espacios que habitamos.